¿ Qué sentimientos me provoca al observar la página 84?

¿Es fácil cambiar de casa?

¿Qué consecuencias habría en tu vida si tu familia tuviera que mudarse de casa?

¿Cuál ha sido el cambio que más te ha marcado en tu vida, y que lo recuerdas siempre?


 

 

 ¿Qué te dice hoy Jesús?

¿Cómo le respondes?


 

 
 
 

¿Cómo llegó Zaqueo a convertirse?

Colócate en el lugar de Zaqueo. ¿Cómo prepararías la casa para  recibir a Jesús? ¿Qué piensas te ofrecería Jesús?

Qué podrías prometerle –como Zaqueo – para reparar el mal que has hecho?


LA CONVERSIÓN ES UN EFECTO DE LA GRACIA DE DIOS Y Él  LLEGA SIN IMPORTAR LA SITUACIÓN, NI EL MOMENTO. PERO TAMBIÉN SE REQUIERE DEL DESEO PERSONAL DE ACEPTAR SU INICIATIVA.

LA CONVERSIÓN ES UNA ACTITUD LIBRE, QUE HEMOS DE MANTENER DE MANERA PERMANENTE, SI DESEAMOS SALVARNOS.

LA CONVERSIÓN ES POSIBLE

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¿A cuántas estacas está atada mi vida, qué me impiden cambiar?

¿Cuántas veces al día digo: “NO PUEDO”, toda vez que constato que tengo un mal hábito por corregir?

¿Hay personas que me atan y me impiden actuar libremente?

¿Es que realmente me atan, o es que no tengo la suficiente fuerza de voluntad para cambiar?


 

 
 
 

 
 
 

REFUERZO POSITIVO:

RESPONDEMOS A ESTA PREGUNTA:

Para cambiar, con fortaleza y decisión como las de Zaqueo, qué tengo que hacer?


 

CELEBRACIÓN AL FINALIZAR LA UNIDAD 3

JESÚS ME INVITA A CAMBIAR MI VIDA


 

 
 
 

 
 
 

 
 
 

 
 
 

 
 
 

 
 
 

 RECORDEMOS LOS PERSONAJES QUE CONOCIMOS EN ESTA UNIDAD 

El joven rico





La mujer pecadora





Marta y María, las hermanas de Lázaro




La samaritana



Zaqueo





Recuerdas, que cada uno de ellos fue visitado por Jesús y que cada uno tuvo la oportunidad de rechazar o aceptar lo que Jesús le ofrecía.

Jesús a todos les ofreció su amistad y a todos quería dar la libertad y la posibilidad de seguirlo.


Hoy, nosotros tenemos la misma posibilidad.


Levantamos las manos y oramos la siguiente oración.






Oración

“Señor Jesús, tú has venido a liberarnos de todo aquello que nos hace daño o nos pone tristes.

Tú eres el único que puedes darnos la verdadera libertad, el único que nos señala el camino de la verdadera felicidad.

Míranos con amor, pues estamos necesitados de que tú nos liberes, necesitamos que nos des la fuerza para romper estas cadenas que sujetan nuestras manos. Queremos que nos liberes de nuestros egoísmos, de nuestras envidias, de nuestras perezas y soberbias, de nuestros complejos y de todo aquello que no nos deje seguirte a ti que eres nuestra verdadera alegría y la fuente de todo bien. Señor Jesús, rompe nuestras cadenas.

Amén